Últimamente solo siento paz cuando duermo contigo. En un giro inesperado y medio enfermo de la historia: me da ansiedad en las noches si no estás. Sé que el tiempo me quitará la ansiedad y que aprenderé a vivir con tu ausencia. Así es y así será porque así lo hemos decidido.
El viernes dormimos juntos de nuevo, como dormimos siempre que nos vemos. Fuimos a dormir después de una gran pelea y después de una cena que yo necesitaba porque no había comido. La tarde estuvo llena de lagrimas, de gritos, de dolor, de adioses, de odio y de yo en medio de un ataque de ansiedad donde tuve que salir corriendo.
Pero pasó lo que siempre nos pasa a ti y a mí: todo lo podemos hablar y resolver. Como siempre: resolvimos, aceptamos, perdonamos. No nos gusta pelear y mucho menos ir a dormir enojados.
Estabas al lado mío. Roncabas o me abrazabas o me ponías los pies encima como unas pinzas. Siempre que roncas te nuevo y te digo "estás roncando" y me dices "ay, perdón" y a veces lo acompañas con un beso.
Soñé que me abrazabas. Desperté y estabas ahí y sí: me abrazabas.