5.5.15

Seres de hábitos

Con la edad, supongo, nos volvemos seres de hábitos. No es que sea bueno o sea malo, sólo es. Beber café por las mañanas, hacer ejercicio, tomar caminatas para meditar, bañarse con música, despertarse sin que el despertador suene. Le da equilibrio a nuestra vida. 

A veces, también, uno genera hábitos con alguien. Despertar y buscar al otro, platicar y reír: ¿qué harás hoy? ¿A dónde irás? ¿qué dice tu amigo tal? Ah, yo haré esto, estoy emocionada por aquello, en próximos días sucederá esto. Levantarnos, yo hacer el café y juntos beberlo mientras seguimos platicando. Vemos el sol de la mañana desde la ventana mientras tú riegas las plantas (¿nuestras plantas? ¿O las tuyas y las mias?). A veces las riego yo, es cierto. Pero casi siempre es: yo hago el café (tú ya sabes hacerlo, yo te enseñé pero no te da la gana hacerlo y ¿te digo algo? Te queda malo). Seguimos platicando, alguien entra a bañarse. Compartimos el gel todas las mañanas, ya aceptaste sin quejarte que el gel esté en mi cuarto y no en el tuyo a pesar de que es "gel de hombre" y vas a mi cuarto a peinarte. Nos despedimos. Me das un beso en la mejilla y me dices "nos vemos al rato Dani" (solo tú me dices así). Cuando nos separamos nos buscamos: ¿qué crees que pasó? ¿Donde estas? ¿Como vas? ¿A qué hora llegas? A veces nos marcamos pra lo cotidiano: ¿ya apagaste el boilercito? No se te olvide cerrar la puerta. ¿A qué hora llegas a la casa? Llegar y echarnos juntos. ¿Cómo te fue hoy? ¿Qué hiciste? ¿Vamos a cenar? Cenamos juntos. Seguimos platicando de todo y de nada. Reímos con lo superficial, filosofamos con lo profundo. Aprendo mucho: de Jodorowsky a pesar de mi reticencia, vemos Cosmos juntos mientras bebemos una chela o fumamos un porro, desayunar consomé y barbacoa los sábados y los domingos. Reírnos de nuestras peripecias familiares. Dormir juntos a veces. Y volver a amanecer a hacer lo mismo. 

Pero yo sé que eso no te llenan que esas rutinas tú las adquieres con tu pareja en turno cada ciertos meses. Que lo mío no es nada especial. Para mí, sin embargo, sí lo es. Quiero eso para mí pero mejor, lo quiero con alguien que sí lo considere especial y que vea todo lo que doy y que dé todo lo que que pueda dar. Sé en el fondo que eso no eres tú. Que tú eres el amor pasajero, el que no se clava, el que arma rutinas con personas nuevas cada 3 meses, al que no le duele dejar ir. 

Te voy a extrañar y mas que a ti, voy a extrañar nuestra rutina. 

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