30.7.10

@danacorres obsesiva

Fue como un balde de agua helada. No podía creerlo. llevaba semanas tras Él. Con replies, RTs, Dms. Sí, era cierto que Él jamás había dado muestra alguna de su interés, sólo contestaba ocasionalmente. Bueno, no. Había contestado un total de seis veces en un lapso de 4 meses. 4 replies, 1 RT y 1 DM. Los guardaba en Favoritos con sumo recelo. Recordaba perfectamente cada uno de ésos días (incluido aquel donde le había dado el #followback), cómo se había sentido, qué cosas había pensado, cómo poco a poco la obsesión por conocerlo, por tocarlo, por estar con Él se hacía cada vez más grande. 
   Llevaba semanas echándole tuits al aire, y a veces, sólo a veces, creía que Él entendía que eran inspirados en Él. Estaba casi segura de que Él había entendido el mensaje. Casi. Y lo sabía porque los tuits de Él parecían acoplarse perfectamente a los suyos. Sí, tenía que ser así. Vivía, comía y dormía para estar en Twitter, twitteaba en cuanto Él empezaba a twittear y el insomnio y ansiedad la hacían divagar en sus ausencias. Cuando Él no estaba stalkeaba las mismas fotos una y otra vez. Imaginaba el olor de su largo cabello, imaginaba la canina textura de #Grrreta (Oh, cuánto amor le prodigaría cuando fuera su hija también), lo veía jugando con el cubo Rubik, soñaba con sus besos, sonreía histéricamente mientras leía y releía obsesivamente cada uno de sus tuits diarios, se visualizaba rodeada de cuñadas (por esos tutis dónde Él mencionaba a todas sus hermanas), imaginaba cómo le haría el amor todas las noches del resto de sus vidas. Le escribía cartas larguísimas explicándole cuánto lo amaba, pintándole una vida llena de felicidad juntos, diciéndole que ella haría lo que Él quisiera, pidiera y deseara. Lo que fuera. Lloraba a cántaros cuándo Él no tuiteaba en más de 4 horas, porque eso tenía que significar algo, ¿No? Quizás otra twittera, otra follower. No sería difícil considerando lo famoso e inteligente que era Él. Pero no. Dana sabía que la amaba a ella. De eso estaba segura. Los 348 tuits al aire, 4 replies, 1 RT y 1 DM le decía que así era. Es que, seguramente Él tenía miedo. Cómo todos. Era natural, ya había encontrado a su #almagemela y a veces eso causaba ansiedad en un hombre. Le encantaba tuitearle eso a Él (Obviamente cómo tuits al aire que sólo Él y Ella entendieran): "Somos #almasgemelas y lo sabes" 

   Al principio, lo único que atrajo su atención fue el avatar multicolor. Sintió cómo estallaron millones de neuronas en su cerebro (#follow automático). Dana era nueva en Twitter y no entendía muy bien sus tuits, pero a medida que stalkeaba más el blog, profile y empezaba a seguir a TODO aquel con quien Él interactuaba lo conocía un poquito más cada vez. Ella se había asegurado de que sus TLs fueran exactamente iguales. Y eso le causaba un placer indescriptible. Si Él daba un reply a alguien, ella lo hacía también. Supo que entre amigos le decían El Mai, que vivía en la Roma, era padre de #Grrreta (Una hermosa perra color miel), vivía con @eljali, trabajaba en una agencia de publicidad por el Parque Hundido y era ateo. Se enteró de la #truelposada por medio de otro tuitero, consiguió la direccion exacta de su apartamento y pasó toda la noche espiando desde una esquina, completamente extasiada y eufórica por el sólo hecho de verlo, aunque fuera de lejos y de pensar que tan sólo unos cuantos metros los separaban. No le importó el hecho de no haber sido invitada a pesar de haber mandado miles de mails pa' conseguir invitación. No. Lo único que le importó fue verlo. Sentirlo. Después de eso, lo siguió algunas veces; de la casa al trabajo, del trabajo a la casa, a casa de sus hermanas... A dónde fuera. Lo amaba cada día más, cómo nunca había querido a nadie. Se daba cuenta obsesivamente que era el amor de su vida, que tenía que ser de Ella. Era el hombre de sus sueños. 

   Sin embargo, las últimas dos semanas habían sido sumament difíciles. Había decidido tocar a su puerta, decirle frente a frente que eran #almasgemelas, y que por fin podrían estar juntos sin Twitter de por medio. No dormía, no comía, sólo podía pensar en Él, en su plan y en su posterior vida juntas. Tres días antes había empezado a mandarle DMs, tratando de explicar su sentir. No recibió respuesta alguna. Eso la empezaba a desquiciar, la ponía ansiosa. Dos días antes, lo hizo público; tuits, Replies, RTs. Y ese día, por la mañana un solo DM. "DM a @mariscalbistec: Hoy el amor de tu vida tocará a tu puerta. Espéralo". Ése día, era EL DÍA. Después, el #unfollow inexplicable. Se sintió desesperada, enfurecida, triste. ¿Que no la amaba? Tenía que haber una explicación. Un error de dedo. Quizás miedo. Tal vez había decidido darle #Unfollow en Twitter para incluirla en su vida para siempre, pero fuera de Twitter. Sí, claro, esa era la razón. Ésa tenía que ser. Jajajajajajaajaja, claro. Y ahora, iría a tocar a su puerta, cómo se lo prometió. Y Él la abrazaría y le diría que eran #almasgemelas y estarían juntos para siempre. Jajajajaja, claro. 

   Se puso sus mejores ropas. Tacones de punta de aguja morados, el color favorito de Dana. Se bañó con toda tranquilidad, Se hizo una coleta, metió la laptop en la bolsa, cerró con llave y se encaminó a la Roma. Con toda tranquilidad, sonriendo en el camino (testigos dirían después que lucía completamente desquiciada con esa sonrisa loca en medio de los labios color rojo). No iba nerviosa. Sabía perfectamente qué decir y estaba completamente segura de que Él entendería y la tomaría en brazos inmediatamente. Tocó a la puerta. Y de allí, todo fue muy rápido:
-Hola @mariscalbistec ¿Sabes quién soy? 
Él la miro desconcertado: 
-No, no lo sé
-Soy @danacorres, el amor de tu vida, que toca hoy a tu puerta, para no irse jamás. 
-Te di #unfollow, creí haberte dejado claro que no quiero nada contigo, además, ya estoy con alguien... Lo siento.

@danacorres no dijo nada más. Una lágrima corrió por su mejilla. Lo vio fijamente a los ojos y bajó la mirada. Los pies le dolían de tanto caminar y apenas caía en cuenta de ello. Se agachó para quitarse los zapatos, no podía más con el cansancio, con el dolor, con el insomnio de las ultimas semanas. Lo único que vio fue el morado de sus zapatos. Todo absolutamente morado. Levantó la vista, vio al @mariscalbistec a los ojos. Y enfureció. No pudo más, levantó los tacones. Los enterró, primero en su pecho y cuando Él se dio la media vuelta, sangrando, los enterró en su espalda, ya cuando estaba desangrándose dio la estocada final clavando los tacones en sus sienes. No dejó de meterlos y sacarlos, envuelta en sangre; enfurecida, llorando. Podía oír a los lejos los ladridos desesperados de #Grrreta y después sus lamentos caninos. Dicen que lo apuñaló 27 veces. Dicen. 

   Sacó la Laptop cuando el @mariscalbistec yacía el el piso en medio de un charco de sangre. Se sentó a su lado empapada en sangre, tranquila, en paz. Entró a www.twitter.com, escribió un tuit: "Bañada en sangre. ¿Conocen algún remedio para quitar la sagre de la ropa? No mas #IUUUUUs para mi". Dio Click en Update y leyó la leyenda: "Your status has been updated". Acto seguido fue al profile de ése primer following: @MariscalBistec y simplemente le dio #unfollow. 

(relato ganador del concurso "#twitterasasesinas)

El chingado G...

1

Iba caminando. No quise mirarlo a los ojos porque sabía que notaría mi nerviosismo. Sólo lo observe a lo lejos, cauta. Mire su negrísimo cabello sobre su cara. Tuve ganas de removerlo con mis dedos. Pero me supe lejana, muy lejana. Justo pensaba eso mientras lo miraba fijamente, cuando levantó la cabeza. Por un momento suspendió sus ojos sobre los míos. Quise retirar la mirada, pero tampoco pude. Se sintió magnético y siempre he creído que uno no debe dejar de pasar ese tipo de oportunidades. Soy cobarde, eso tampoco es una mentira porque no era ni la primera ni la última vez que lo veía caminar por los portales con los mismos tennis gastados y la misma mirada perdida. Nunca había reparado en mi. Ni quería que reparara en mi. En una de ésas me andaba enamorando y era lo que menos quería. Yo siempre he sabido mantenerme alejada de los hombres más inconvenientes, voy a la segura. Y sí. Siempre termino con los hombres que me quieren más de lo que los quiero yo a ellos, me voy con los débiles, los que hacen lo que me viene en gana. Pero no él. El gringo (porque es gringo ya me dijo Toña, la de la tienda de al lado) tiene la mirada fuerte, pero al mismo tiempo se nota tranquilo. No hay que hacerme mucho caso, pero creo que oculta algo. No sé exactamente de qué se trate, pero es algo que me inquieta. Mi mamá siempre dijo que yo era bueno para eso de detectar cosas que los demás no detectan. Pues así con él. Algo le oculta al mundo, pero no tengo tampoco la seguridad. Es sólo una idea. 

2
   Ya sé que dije que me mantengo alejada de los hombres peligrosos. Esta vez no lo hice. Y no lo hice porque una vez que levantó la mirada y se encontró con la mía no hubo vuelta atrás. Fue una pendejada. Pero ya estoy aquí y ni modo de echarme atrás. Estoy en su cama. Retozamos como locos. Cómo hambriados. Como después de una larga. muy larga sequía. La verdad es que nunca me habían cogido como me coge él. Él decide que hacer con mi cuerpo y yo se lo permito todo. Me gusta que decida. Me gusta cuando me dice "jav dey ever foc yu laik dis?" No sé que diga, sólo sé que me gusta que lo haga y me lo dijo tantas veces, que me lo sé de memoria. Yo siempre tuve en mi cama a mexicanos. Y no lo había disfrutado tanto como ahora. Me avergüenza un poco, porque no lo conozco. Ni siquiera sé su nombre. Sólo sé que hace un rato justo después de sostener sus ojos en los míos por lo que me pareció una eternidad caminó seguro hacia mi, allí donde estaba parada tragando esa nieve de limón con mi vestido el más viejo y feo, despeinada como estaba, pero en un estado de autismo tal que ni siquiera supe moverme cuando tomó de la mano y me llevó a no sé donde. No dijo nada, sólo volteaba a verme de vez en cuando con unos ojos que la verdad no supe descifrar. Nomás me dejé. No dije ni pío (y dios sabe que yo siempre tengo algo que decir o algo que pelear). ¿Ya dije que no es un gringo cualquiera? Bueno, favor de no imaginarlo güero y de ojo azul, porque este gringo no es así. Este gringo tiene el pelo negro, negrísimo, diría yo. Tiene la piel blanca, muy muy blanca (que en la cama contrasta con lo moreno de la mía). Y tiene los ojos negros. Los ojos más bonitos que vi jamás. Las muchachas siempre se lo quedan viendo. No sé si ellas también habrán terminado en su cama, seguramente sí. Porque este gringo es coqueto. Y no lo culpo. A eso suelen venir a este pueblo, a ver a cuantas se cogen. 
   Yo siempre tuve mis novios bien. Nada de hacer estas cosas. Tampoco es que me importe mucho, ya llevaba semanas soñando con tener a este gringo en mi cama. Y la verdad es que ha estado tan bueno, que no me arrepiento en lo absoluto. Todas y cada una de las veces se ha venido adentro de mi con una fuerza que yo desconocía. La primera vez me dio miedo y al ver su cara al llegar al orgasmo, casi creí que traía un demonio dentro. Después vio mi cara de espanto y empezó a carcajearse. Me confundió tanto que no supe que hacer. Pero entonces, me besó como nunca me habían besado. Y de nuevo (como todo con este chingado gringo) lo dejé hacer lo que quisiera conmigo. Volvió a cogerme, pero esta vez con más calma. Me susurraba cosas al oído y me besó por todas partes. Tocó cosas que a decir verdad yo ni siquiera sabía que existían. Me uso en las formas más insospechadas y me colocó en posiciones que yo nunca supe que podía lograr. Todas y cada una de las veces esperó a que yo ya no pudiera gritar más del placer tan inmenso y entonces me decía una sarta de cosas totalmente incomprensibles para mi (yo nomás llevé inglés en la secundaria, acaso me sé los colores, pero ésos sí que nunca los mencionó). Al principio quise entenderle, pero después me cansé y me concentré en sentir y noté que ambos nos relajábamos más. Entonces, el me decía cosas en su idioma y yo las decía en el mío. Nunca en la vida había sudado tanto y soporté el dolor en los muslos tanto como pude después de todas las veces que me penetró. Me dejó en el portal ya bien entrada la noche y me dio un último beso en la frente. 

3
   Nunca supe su nombre. Fue una pendejada, ya lo dije. Pero la mejor pendejada. Chingado gringo. Nunca me han vuelto a coger como me cogió él . Chingado gringo, porque nunca lo volví a ver a pesar de buscarlo todos los días en los portales. Desapareció. Lo que me hace suponer que fui su última presa. Y eso me da algo de orgullo. Las muchachas pasaron varios días preguntando por él. Los días que siguieron a ése en que estuvimos juntos fueron los más calurosos del año, se sentía un bochorno insoportable. Y yo nomás acordándome y con unas ganas de coger... 
   Y entonces fue que terminé yendo a casa de Pepe. Por pendeja, también. 

4
   Yo siempre me mantengo alejada de los hombres peligrosos y terminó con los débiles. Así es Pepe. 
Días después de cogerme al gringo, fui con él porque no aguantaba las ganas de coger. Pepe es un tipo ordinario. ¡Vamos! que hasta su nombre es ordinario. Apuesto que el nombre del gringo era todo menos ordinario. 
   Y ahora cada vez que veo a este escuincle terminó acordandome del gringo. Obviamente Pepe lo ve blanquito, con los ojos negros y el pelo azabache y no sabe de dónde chingados salió así, si los dos somos morenos. Recién nació no pude evitar casi atragantarme, pero salí al paso con que mi abuela era blanca como la leche y me creyó. 
   Chingado gringo, porque no nada más por el chamaco me acuerdo sino que tampoco puedo evitar acordarme de las cogidas que me puso cada vez que ando abochornada por el calor de este pueblo. 

22.7.10

Un post completamente rosa.

Ayer me quedé pensando que sí, sólo escribo puras tragedias. Y no debería, you know? Se me olvidó contarte las cosas bonitas, que también son varias.

¿Te acuerdas del libro que estoy leyendo? Comer, Rezar, Amar. Ya llegué al capítulo de Amar. No sé que haré cuando lo termine. Sucede que me da mucha paz cuando lo leo. Llevo semanas (casi desde que lo empecé a leer) que decidí cambiar un poco mis hábitos. Quererme un poquito más, vamos. Coincidía un poco con lo que la autora del libro buscaba para sí misma. Me inspiro un poquitín, digamos. Y entonces empecé a echarle miiiiiil ganas al yoga. Pffft estoy feliz con los resultados. Puedo hacer cosas que no hacía antes (es que soy considerada cero flexible). Pero wow, ya alcanzo cosas que no alcanzaba y hago movimientos que no podía hacer. Es más, cuando no hago yoga me siento súper culpable y mi cuerpo me dice "desgraciada que eres que hoy no me diste mantenimiento". Me pongo la musiquita que sé que me relaja. O sea, música árabe. Me levanto siempre antes de las 9. Me tomo un vaso de agua tibia quesque pa limpiarme de toxinas. Dicen que es bueno. Y lo estoy intentando. Aunque he de confesarte que los primeros días me costaba trabajo porque moría de hambre, pero la verdad es que se está convirtiendo en hábito. Y quiero que así siga. Luego me compré una cafetera MEGA cute. Me enamoro cada vez que la veo (jajaja, qué tonta que me emociono con cosas tan tontas, pero es la verdad). Cuando la vi solita en ese estante de Aurrerá y vi que costaba nada más y nada menos que 300 pesitos dije "es mía". Fue amor a primera vista, la verdad. Y me imaginé en mi casa tomándome un café deli deli y eso me emocionó mucho. He de decir, además, que amo el café y que el día que la compré era de esos días en que lloraba a diario y por cualquier cosas Entonces, la perspectiva de sentirme como me sentí me hizo emocionarme. No lo pensé ni por un segundo y salí de allí con ella. Llegué a casa y pasé horas inmersa en el instructivo. Moría por hacerme una taza de café a esas horas (11 pm) pero obvio no iba a dormir. Y mejor la programé para el día siguiente (¡AW! Amé eso de programarla). Mi abuela fue la más emocionada al día siguiente. Jajaja se tomó 2 tazotototas a pesar de que iba a andar yendo al baño cada 15 minutos. Se lo saboreaba cómo no te das una idea. Jajajaja mi viejita.

   Luego, hace algunas semanas una amiga me pasó la receta de como hacer pan de pita. Sonaba fácil y decidí intentarlo. Ese primer pan de pita no estuvo WOW. Pero quedó bien. Para ser mi primera vez. Las primeras veces, sin embargo siempre son toda una experiencia, ya sea buena o mala. ¿Sabes? Siempre me ha gustado cocinar, es un acto de lo más humano y noble que puede existir. Cuando cocino me encanta compartir, me encanta que a la gente le guste lo que hago. Y lo hago con mucho amor, la verdad. Sin esperar comerlo yo, sino dárselo a alguien más. Bueeeeno, desde entonces no suelto el horno. Le echo a veces más levadura, a veces más sal, pero la verdad es que últimamente le echo ingredientes como mi corazón me lo dicta. Y tengo buena mano, has de saber. He hecho struddel de manzana, pan de orégano y ajo, pan con nueces y pasas, pan de trigo integral, pastel de plátano.... ¡Uffff! Que amo cocinar.

   Y decidí comer más sano. Llevo dos semanas llenndo un bowl enoooorme con puras frutas, verduras, nueces y tantito pollo o así. O sea, balanceado que le dicen. Y me he sentido de maravilla entre eso y el yoga. Y a la hora de comer, me desafano POR COMPLETO del trabajo, me voy al Teachers' room que tiene una plantita y mucha luz y me pongo a leer. Es de los momentos más maravillosos y relajados de mi día. Pienso muchas cosas. ¿Te confieso algo? El otro día JURÉ que escuché a la planta. Igual era un bichito en ella, pero escuché que estaba viva. Ese día comí pan hecho por mi. Y me sentí tan en paz. De verdad, no sé cómo explicarlo. Simplemente le di una mordida y me quedé anonadada viéndolo, viendo maravillada su forma esponjosita, su textura de... pan. "Esto lo hice yo". Ese sólo pensamiento me dejó en silencio completamente. Y entonces supe que todo estaría bien. Todo estará bien. A pesar de todo.

   Estos días he sentido muchísimo bienestar y no sé a qué se deba, la verdad. Quizás a la mezcla de todas las cosas antes descritas. Sí me entra el pánico por cosas pendejas, pero entonces tengo días como hoy en que sé que TODO estará bien, tome la decisión que tome.

   ¿Ves? Sí puedo escribir cosas bonitas.
  
    Como el amor. El amor es bonito. Y siento mucho amor por ti que lees esto. Por mis amigos. Pos mi familia, que bien o mal está allí. Siento un amor raro por mi país, un amor que tiene todas las posibilidades de convertirse en ilimitado. Siento mucho amor estos días. Mucho amor por mi. Primero por mi, pero es que aún me queda para repartir.Agradezco el yoga que se me apareció en el camino. Agradezco a ese libro, que llegó en el momento en que más lo necesitaba. Agradezco a la música árabe que relaja mis días. Agradezco a mi twitterinfinitamente conocerte. Agradezco a los amores de antes, a los que me hicieron gozar y después llorar. Y agradezco a esta soltería que me hace pensar y replantearme muchas cosas. Agradezco a mis sueños. En fin, que agradezco, más que nada ser quien soy. Existir.

   Te mando un beso hasta donde quiera que estés.

   ¿Y esto? Esto va para el blog. 

P.D. El viernes, justamente cumplí un año en Twitter. Sólo diré que han pasado muchas cosas desde entonces y que mi vida es completamente diferente el día de hoy.

6.7.10

A la sombra de arboles envenenados

Si supieras lo que sé. ¿Lo intentarías?
Antes de que el tiempo pasara por ti y te agotara...
¿Sabrías lo que deseas de corazón?

Si supieras lo que sé ¿Lo intentarías?
¿Hay tiempo? ¿Hay tiempo para seguir solamente un sueño?
¿Hay tiempo? ¿Hay tiempo para seguir a tu corazón?

Viste tus heridas.
Pon a prueba tus enterezas.
Enfrenta a la noche.

Añora su tacto.
Siente el dolor.
Reconoce las señales.

¿Hay dolor en la verdad?
Tú decides.

Si tu supieras lo que yo sé,
¿Lo intentarías?
¿Hay tiempo? ¿Hay tiempo para seguir solamente un sueño?
¿Hay tiempo? ¿Hay tiempo para seguir a tu corazón?

Mientras yacemos a la sombra de árboles envenenados,
¿Estamos tan seguros como nos hacemos creer que estamos?