22.7.10

Un post completamente rosa.

Ayer me quedé pensando que sí, sólo escribo puras tragedias. Y no debería, you know? Se me olvidó contarte las cosas bonitas, que también son varias.

¿Te acuerdas del libro que estoy leyendo? Comer, Rezar, Amar. Ya llegué al capítulo de Amar. No sé que haré cuando lo termine. Sucede que me da mucha paz cuando lo leo. Llevo semanas (casi desde que lo empecé a leer) que decidí cambiar un poco mis hábitos. Quererme un poquito más, vamos. Coincidía un poco con lo que la autora del libro buscaba para sí misma. Me inspiro un poquitín, digamos. Y entonces empecé a echarle miiiiiil ganas al yoga. Pffft estoy feliz con los resultados. Puedo hacer cosas que no hacía antes (es que soy considerada cero flexible). Pero wow, ya alcanzo cosas que no alcanzaba y hago movimientos que no podía hacer. Es más, cuando no hago yoga me siento súper culpable y mi cuerpo me dice "desgraciada que eres que hoy no me diste mantenimiento". Me pongo la musiquita que sé que me relaja. O sea, música árabe. Me levanto siempre antes de las 9. Me tomo un vaso de agua tibia quesque pa limpiarme de toxinas. Dicen que es bueno. Y lo estoy intentando. Aunque he de confesarte que los primeros días me costaba trabajo porque moría de hambre, pero la verdad es que se está convirtiendo en hábito. Y quiero que así siga. Luego me compré una cafetera MEGA cute. Me enamoro cada vez que la veo (jajaja, qué tonta que me emociono con cosas tan tontas, pero es la verdad). Cuando la vi solita en ese estante de Aurrerá y vi que costaba nada más y nada menos que 300 pesitos dije "es mía". Fue amor a primera vista, la verdad. Y me imaginé en mi casa tomándome un café deli deli y eso me emocionó mucho. He de decir, además, que amo el café y que el día que la compré era de esos días en que lloraba a diario y por cualquier cosas Entonces, la perspectiva de sentirme como me sentí me hizo emocionarme. No lo pensé ni por un segundo y salí de allí con ella. Llegué a casa y pasé horas inmersa en el instructivo. Moría por hacerme una taza de café a esas horas (11 pm) pero obvio no iba a dormir. Y mejor la programé para el día siguiente (¡AW! Amé eso de programarla). Mi abuela fue la más emocionada al día siguiente. Jajaja se tomó 2 tazotototas a pesar de que iba a andar yendo al baño cada 15 minutos. Se lo saboreaba cómo no te das una idea. Jajajaja mi viejita.

   Luego, hace algunas semanas una amiga me pasó la receta de como hacer pan de pita. Sonaba fácil y decidí intentarlo. Ese primer pan de pita no estuvo WOW. Pero quedó bien. Para ser mi primera vez. Las primeras veces, sin embargo siempre son toda una experiencia, ya sea buena o mala. ¿Sabes? Siempre me ha gustado cocinar, es un acto de lo más humano y noble que puede existir. Cuando cocino me encanta compartir, me encanta que a la gente le guste lo que hago. Y lo hago con mucho amor, la verdad. Sin esperar comerlo yo, sino dárselo a alguien más. Bueeeeno, desde entonces no suelto el horno. Le echo a veces más levadura, a veces más sal, pero la verdad es que últimamente le echo ingredientes como mi corazón me lo dicta. Y tengo buena mano, has de saber. He hecho struddel de manzana, pan de orégano y ajo, pan con nueces y pasas, pan de trigo integral, pastel de plátano.... ¡Uffff! Que amo cocinar.

   Y decidí comer más sano. Llevo dos semanas llenndo un bowl enoooorme con puras frutas, verduras, nueces y tantito pollo o así. O sea, balanceado que le dicen. Y me he sentido de maravilla entre eso y el yoga. Y a la hora de comer, me desafano POR COMPLETO del trabajo, me voy al Teachers' room que tiene una plantita y mucha luz y me pongo a leer. Es de los momentos más maravillosos y relajados de mi día. Pienso muchas cosas. ¿Te confieso algo? El otro día JURÉ que escuché a la planta. Igual era un bichito en ella, pero escuché que estaba viva. Ese día comí pan hecho por mi. Y me sentí tan en paz. De verdad, no sé cómo explicarlo. Simplemente le di una mordida y me quedé anonadada viéndolo, viendo maravillada su forma esponjosita, su textura de... pan. "Esto lo hice yo". Ese sólo pensamiento me dejó en silencio completamente. Y entonces supe que todo estaría bien. Todo estará bien. A pesar de todo.

   Estos días he sentido muchísimo bienestar y no sé a qué se deba, la verdad. Quizás a la mezcla de todas las cosas antes descritas. Sí me entra el pánico por cosas pendejas, pero entonces tengo días como hoy en que sé que TODO estará bien, tome la decisión que tome.

   ¿Ves? Sí puedo escribir cosas bonitas.
  
    Como el amor. El amor es bonito. Y siento mucho amor por ti que lees esto. Por mis amigos. Pos mi familia, que bien o mal está allí. Siento un amor raro por mi país, un amor que tiene todas las posibilidades de convertirse en ilimitado. Siento mucho amor estos días. Mucho amor por mi. Primero por mi, pero es que aún me queda para repartir.Agradezco el yoga que se me apareció en el camino. Agradezco a ese libro, que llegó en el momento en que más lo necesitaba. Agradezco a la música árabe que relaja mis días. Agradezco a mi twitterinfinitamente conocerte. Agradezco a los amores de antes, a los que me hicieron gozar y después llorar. Y agradezco a esta soltería que me hace pensar y replantearme muchas cosas. Agradezco a mis sueños. En fin, que agradezco, más que nada ser quien soy. Existir.

   Te mando un beso hasta donde quiera que estés.

   ¿Y esto? Esto va para el blog. 

P.D. El viernes, justamente cumplí un año en Twitter. Sólo diré que han pasado muchas cosas desde entonces y que mi vida es completamente diferente el día de hoy.

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