19.10.13

¿Vámonos?

Si pienso en las cosas que aprendí en Brno, están:

1. Viajar. (se hace uno adicta, además)
2. Tolerar.
3. Adaptarse (cosa que no me creí capaz de hacer y de la que estoy muy orgullosa).

Viajar me trajó de las mejores cosas y a la vez, te lleva a aprender a hacer las otras 2. Aprendí a leer mapas, a turistear sola, a pasear con mis pensamientos, a perderle el miedo a ciertas situaciones que implicaban riesgo e incluso situaciones límites. I did it. i'm so proud of myself. Viajé sola a Londres y estuve viajando 1 mes sola por España. Neta, aprendí un chorro de mí y lo disfruté montones.

C'mon, aprendí a tolerar a los pendejos de otros mexicanos que turistear sólo por subir fotos al feis y a españoles pendejos (el 80% de los que conocí). O sea, aprendí a tolerar. Neta. El antro horroroso que un día decidí que iba a tolerar pero en pequeñas dosis y que me hizo darme cuenta que los antros pulgosos no son ya mi onda. Tolerar lo que puede ser tolerado y lo que no, a la chingada.

Adaptarse. Sí. A vivir en un dormitorio con cientos de otros erasmus y a la vez compartir un cuarto pequeñito por 5 meses con una rusa apestosa que se bañaba sólo 2 meses por semana, que lavaba su ropa una vez a la semana y que hacía ruiditos cuando comía. Ja. Si eso no es adaptarse, entonces no sé qué lo sea. Me adapté a la vida sin auto, a los lugares donde el peatón no se hace sumiso frente al auto, sino que al revés, es respetado). Me adapté a un lugar seguro, a las fiestas en el bassement (justo debajo de mi dormitorio) los jueves y viernes con música a todo volumen), a andar sola por la vida, a caminar y no tener auto... Me adapté. So proud too.


Todas estas aptitudes aprendidas en 2012 (uno de los mejores años de mi vida) y lo poco que estoy disfrutando mi vida en México ahora, mi desánimo, mis ganas de mandar todo a la chingada, vivir con miedo, no poder caminar en mis ciudadaes, la vida con estrés, los horarios laborales que matan, el "no existen las cosas urgentes sino los pendejos con prisa", no poder caminar sola por las noches, no poder vestir como te da la gana, la vida pachuqueña de pensar que el cómo vistes, luces y cuánto dinero tienes significa la clase de persona que eres, el gobierno priísta, el que me estén espiando y/o que yo represente una amenaza por TSP o por el 132, la simulación política, las reformas estructurales, los muertos y desaparecidos, la falta de un sistema de justicia que funcione, racismo y clasismo al por mayor, gente que no respeta a nada ni a nadie... Todo eso me hace extrañar la otra vida. Estoy llegando a un punto donde México con su comida, sus colores, sus costumbres y sus cosas bonitas no puede ganarle a todo lo anterior. Me estoy cansando.

Me estoy cansando y extraño la calidad de vida de lo que tenía en Europa. Eso: calidad de vida. Vivir así de relajada. ¿no será que en México todos vivimos con estrés constante? Sí, aunque muchos digan que aquí se vive bien y que viven tranquilos, creo que es en parte porque no conocen otra clase de vida que no sea esta. A lo mejor me afecta más porque soy mujer o porque las cosas se han ido agravando en los últimos años. No lo sé.

Lo que sí sé es que no se me salen de la cabeza las palabras de mi amigo Jorge: Tranquila, yo decidí que quería ser periodista a los 30.

Yo todavía no decido qué quiero hacer ni si lo quiero hacer aquí (aunque hace algunos meses, viviendo en Brno creí que regresar y trabajar por México era lo que quería hacer). Sin embargo, sé que estoy decidiendo algo importante porque se me corta la respiración cada vez que lo pienso profundamente. A lo mejor lo que quiero es escribir. Ya lo veremos.

Cuento con esas 3 habilidades a mi favor y sea lo que sea que decida, I'm going to win, bitches.


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